Las cooperativas de viviendas han construido más de 1,4 millones de casas en España, en su mayor parte protegidas. Y siguen poniendo ladrillos. Aunque acusan la crisis, la han convertido en una oportunidad para crecer y seguir construyendo vivienda a precios asequibles. El mayor volumen de casas en cooperativa está en Madrid, Aragón, Cataluña, Galicia y Castilla y León.
Mientras la actividad de las promotoras cae en picado porque la rentabilidad de la vivienda libre se ha disipado, el volumen de viviendas en cooperativa sólo ha descendido un 10% durante el pasado año. Actualmente hay 120 gestoras de cooperativas en España construyendo más de 50.000 viviendas, el 80% protegidas.
Y es que las entidades financieras ven con mejores ojos esta forma de promoción inmobiliaria. Antes buscaban financiar los proyectos de las grandes empresas promotoras. Ahora tienen miedo a que los problemas empresariales arrastren a la promoción y apuestan por la cooperativa, siempre que tenga una demanda ya estructurada y las viviendas estén comprometidas. Ser cooperativa y gestora es una ventaja respecto al promotor. No es extraño que muchos de ellos hayan creado sus propias gestoras. De hecho, ante el comprador asume riegos como autopromotor y tiene la ventaja de pagar sólo el precio de coste de la casa más los gastos de gestión (entre un 12% y un 15%).
El sector cooperativo ha funcionado en épocas buenas y malas, pero en crisis se refuerza más porque posibilita el acceso a una vivienda a través de formas de pago más flexibles. Otra oportunidad de la crisis. Algunas cooperativas están aprovechando la coyuntura para acceder a suelos, que hasta ahora eran caros y escasos, con las cantidades aportadas por los socios años atrás. La construcción de 600.000 viviendas anuales absorbía todo el suelo disponible, alcanzando precios imposibles para promover viviendas protegidas. Los terrenos subían cada 24 horas.
De ahí que el estallido de la burbuja inmobiliaria haya permitido adquirir suelo edificable a un precio que posibilita la construcción de viviendas protegidas. Aunque sigue habiendo problemas en las ciudades con más demanda. Hay más posibilidades para comprar, pero el suelo sigue siendo insuficiente en áreas urbanas como Madrid.
Restricciones
Pero a pesar de que tienen el viento a su favor, no se libran del cierre del grifo de la financiación. Las entidades hoy por hoy siguen siendo demasiado restrictivas, exigen para financiar que la cooperativa esté cubierta al 90% y desembolsos iniciales de los socios muy fuertes.
En el mejor de los casos se tardan más de seis meses en conseguir el préstamo, cuando antes bastaban dos meses. El año pasado entraron en dificultades unas 30 cooperativas, las menos consolidadas. Las perspectivas son buenas para las que tienen cierto recorrido, aunque no tanto para las de reciente creación con dificultades para obtener créditos.
Pero a pesar de que tienen el viento a su favor, no se libran del cierre del grifo de la financiación. Las entidades hoy por hoy siguen siendo demasiado restrictivas, exigen para financiar que la cooperativa esté cubierta al 90% y desembolsos iniciales de los socios muy fuertes.
En el mejor de los casos se tardan más de seis meses en conseguir el préstamo, cuando antes bastaban dos meses. El año pasado entraron en dificultades unas 30 cooperativas, las menos consolidadas. Las perspectivas son buenas para las que tienen cierto recorrido, aunque no tanto para las de reciente creación con dificultades para obtener créditos.
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