Acaba de aterrizar en España y su objetivo es ayudar a los propietarios a tener más visitas, vender sus casas en el menor tiempo posible y al mejor precio. El home staging es una herramienta de marketing inmobiliario que viene de Estados Unidos, donde fue creada en 1972 por la agente inmobiliario Barbara Schwarz. Hoy el 70% de los comerciales lo recomiendan a sus clientes, según la Real Estate Staging Asociation. Desde hace una década funciona con éxito en Europa, sobre todo en Reino Unido, Francia y Suecia.
El home staging es una puesta en escena. Pero no se trata de interiorismo. Consiste en despersonalizar, limpiar, arreglar, complementar y armonizar las viviendas.
Tiene en cuenta que todos los compradores son distintos. Aplica un gusto estándar, neutro, apto para gustar a más del 90% de los compradores potenciales, similar al que se encuentra en cadenas de hoteles en cuanto a luz, colores y ocupación del espacio. No se trata de acertar con el gusto del visitante, sino de despersonalizar el espacio, crear un ambiente neutro e impecable.
Muchas viviendas no se venden por falta de presentación, porque no consiguen que el potencial comprador se imagine viviendo en ellas. ¿Quién no ha visitado un piso con las paredes descoloridas, los muebles amontonados sin criterio o sin luz? En cinco segundos alguien sabe que no va a comprar una vivienda.
Esta técnica trata de generar el flechazo entre muchos posibles compradores. En otros mercados ha conseguido acortar plazos y mantener el precio de venta sin rebajarlo.
Una operación de home staging evita rebajar el precio y hacer costosas reformas. Ahorra miles de euros. Su precio está entre el 0,4% y el 1% del precio de venta. El servicio cuesta entre 300 euros para un piso de 90 metros y 900 euros para uno de 150 euros (tres euros por cada metro adicional).
La primera visita del experto suele ser gratuita. Y la primera regla es la limpieza y el orden. Un espacio vacío siempre parece más pequeño. La empresa se encarga de vestir ese espacio de forma temporal con elementos de bajo coste (muebles de cartón, colchones hinchables, cojines, cortinas...). Hay que pintar para dar un toque de frescura, añadir fuentes de luz, cambiar cortinas y reparar desperfectos.
También sustituir las fotos de familia o colecciones por objetos más neutros. Hay que despejar para crear sensación de espacio fluido y sin obstáculos. Muchos propietarios creen que el hecho de vender la casa amueblada es una ventaja, pero si se sobrecarga es contraproducente.
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