jueves, 20 de octubre de 2011

Jardines para todos los gustos

Si tiene la fortuna de tener una pequeña parcela, puede sacarle el máximo provecho construyendo un jardín. No importa el tamaño, si el terreno es regular o irregular, si da el sol o la sombra. Hay soluciones para todo tipo de solares.

Lo habitual es contratar los servicios de una empresa de jardinería para que se encargue de todo, aunque también lo puede hacer el particular si la obra no es de mucha envergadura, según la web infojardín.com. Existe otra opción intermedia y es pagar a una empresa para que haga sólo ciertos trabajos (tierra vegetal, instalación del riego, plantación de grandes árboles y palmeras).

En cualquiera de los casos, lo primero que hay que hacer es elegir el diseño del jardín y para ello es necesario tener en cuenta las características del suelo, la orientación, los vientos o los lugares de sol y sombra, entre otras cosas. La propia orografía nos puede dar pistas sobre cómo distribuir los elementos.
Si se trata de hacer algunos cambios en el jardín, conviene tener en cuenta la estructura anterior para aprovechar al máximo todos los elementos. Hay que pensar si el jardín va a ser de uso familiar, para relajarse o productivo (con árboles frutales, huerto y plantas aromáticas).
Una vez que existe un boceto es hora de limpiar el terreno: retirar escombros y basuras que hubiera en la parcela. Se eliminan también hierbas y rastrojos con una desbrozadora de discos o con azada si la parcela es pequeña. Después hay que cubrir y nivelar la parcela, sobre todo si es de arcilla o poco profunda, con tierra vegetal, que se compra por metros cúbicos y se transporta en camiones. La capa suele ser de entre 10 y 20 centímetros de espesor. Cuanto más, mejor.
La tierra se puede extender contratando una pala mecánica pequeña y en unas horas está lista. O con carretillas a mano si la parcela es demasiado pequeña. No hay que olvidarse de crear las pendientes necesarias para que el agua de lluvia tenga una salida natural. Toca realizar las obras de albañilería y la instalación de los equipamientos del jardín: muros, piscina, estanque de obra, caminos, pavimentos, escaleras, bordillos, vallas, cenador, bancos, pérgolas, arcos, fuentes, instalaciones deportivas o juegos infantiles. Y, además, hay que dejar tubos debajo de los caminos para que puedan pasar por ellos las tuberías de riego y de electricidad.

La iluminación del jardín se consigue con farolas, balizas, proyectores o focos. O también con farolas solares (se recargan con luz solar). En cuanto al riego, los expertos aconsejan instalar un sistema automático, capaz de adaptarse a cualquier necesidad. Y es que cada zona estará controlada por un programa distinto, según las necesidades hídricas de las plantas.
El resultado final del jardín dependerá, en gran medida, de las plantas que se utilicen, de su volumen, estructura, colores o flores. Si se busca cierta intimidad, una vegetación vertical, como las trepadoras, son la mejor opción. También hay que incluir alguna especie arbórea.

Un jardín de mantenimiento sencillo incluiría poca superficie de césped, pocos setos e islas, pocas flores de temporada y bulbos. Y, a cambio, plantaríamos masas de arbustos resistentes (adelfa, romero), cactus y otras crasas y árboles de hoja perenne. Cortezas de pino, bolas de arcilla expandida, piedra volcánica y cantos rodados son elementos que decoran y evitan la desecación del sustrato por el viento.
El agua sirve para organizar el espacio y enfatizar lugares o edificios insertos en el paisaje. Los reflejos de elementos naturales sobre lagunas, piscinas, cascadas, estanques o fuentes constituyen un recurso muy utilizado en el paisajismo. Las pérgolas y cerramientos ayudan a crear espacios íntimos. El toque final al jardín lo ponen los ornamentos: hamacas, sombrillas y toldos; bebederos y comederos para pájaros; macetas, jardineras, tinajas, ánforas; trozos de capiteles y columnas.
El presupuesto varía tanto como el propio jardín, señalan en Jardinería La Font. Uno de 100 metros cuadrados básicos construido por el particular cuesta a partir de 3.000 euros (sin pérgolas, ni fuentes ni iluminación). Si se encarga una empresa, que elabora un diseño paisajístico, parte de los 20.000 euros.

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